Isabel muy gentilmente nos llevo al aeropuerto y ya le comentamos, nuestros “temores”, 8 horas y pico dentro de un avión, SON DEMASIADAS HORAS…, miedo nos daba lo que pudiera pasar.
Llegamos a Barajas (T1) y mucha gente para facturar. Pasamos el control sin problemas. Cuando llegamos a nuestra puerta, después de comer y comprar vicio, que por cierto es más barato si vuelas fuera de
Ya dentro, el avión no iba a tope, que quieras que no, como que da menos sensación de agobio. Durante el primer rato.. bien (10 min.) en el minuto 11 ya empezamos a darnos cuenta de que íbamos a estar muchas horas sin fumar, y claro, qué hacer, pues nada.. entre las peliculillas la comida basurilla que dan en el avión y sobre todo nuestra amiga Heineken lo fuimos sobrellevando.
Aunque tenemos que reconocer que la falta de nicotina hacia estragos en nuestros cuerpos. Como prueba, esta foto. (No se admiten comentarios)
Después de mil horas y ya de noche, aterrizamos en el magnifico aeropuerto de la República Dominicana...por fin!!! Calor a dolor, sensación de humedad, bochorno y sobre todo, nada de excentricidades: ni finguer, ni pasillito para ir a la terminal ni ná..bajada a pelo del avión y a seguir el camino de las hormiguitas. Básicamente pq el aeropuerto esta compuesto por cabañas enormes con el techo de hojas de palmera (de palmera Cana...de ahí el nombre). Miedo me dá si cae un chaparrón de los que caen por aquí.
Según llegamos, 2 chicas autóctonas se nos pusieron al lado para hacerse fotos con todos y cada uno de los pasajeros. Lógicamente la cola era kilométrica. Pasamos los “controles”... por denominarlos de alguna manera, porque lo único que tenían que controlar era que pagaras los 10 dólares o 10 euritos (casi ná el cambio) para entrar en el país.Nos han informado que a la salida son 20..si, sí...20 y porque sí. Lo gracioso fue ver que donde se pagaba, uno de los que estaba controlando, se dedicaba única y exclusivamente a jugar al juego Zuma, típico juego gratuito de Internet, que al verlo de lejos parecía que estaba supervisando un programa informático de control de las maletas, porque se veían muchas bolitas de colores y que si no lo conocieras (el juego) podría parecer que ese era el fin (y más de uno pensó que cada bola representaba una maleta y clasificada por colores...verdad David? ;)) Pero de repente desparecieron todas y se vio claramente que el muchacho estaba “trabajando” al estilo funcionario español.
Recogimos nuestras maletas (no todo el mundo, por desgracia, alguna se extravió), y nos dirigimos a los autocares que nos llevaron al hotel. Media horita más o menos y directos a la habitación, que viéndola en el plano del complejo del hotel, era, la que estaba más lejos de la playa... vamos en la otra punta (10 minutos andando...uff!!qué lejos!!).
Para ir a la habitación nos llevaron en un “trenecito”, nos dejó en la puerta y el chico que conducía nos subió las maletas hasta nuestra habita que era la 47305, osea un tercer piso y sin ascensor. Loli que es una gran samaritana, viendo el esfuerzo realizado por el muchacho, y no sin antes decirle si le ayudaba, (ya que el otro que no es Loli ni se preocupó..) le dio una propinilla de 5 dólares que agradeció muy educadamente y ofreciéndose para lo que necesitáramos.
Entramos y muy guay, enorme, limpio.. con unas toallas colocadas en forma de patito y sobre todo con un buen aire acondicionado y su ventiladorcito en el techo, muy importante para estos países calidos.
En cuanto colocamos un poco las cosas bajamos a cenar algo y nos tomamos una caipiriña (porque no hacian mojitos...buaaaaaaa, buaaaaaa...) en el lobby del hotel (en uno de ellos).
Empezamos a apreciar la "velocidad" de los camareros,y su ritmo caribeño (parecido al de la foto anterior..) jejeje. Y de ahí, poco más,directos a la camita que al dia siguiente había que madrugar porque a las 9 teníamos la típica reunión con los de Soltour, para explicarnos un poco de todo: información sobre la isla y sobre todo LAS EXCURSIONES.