jueves, 6 de agosto de 2009

Dia 8 El final del verano llegó y tu partiras......

Señoras, señores todo lo bueno se acaba y asi fue... Los ponferradinos nos despertamos los primeros y levantamos a los de BCN que seguÍan placidamente durmiendo o cuando menos el Rafa que, al igual que el Andrés, tienen un ligero problema a la hora de levantarse.

Desayunamos por partes y la Loli se fue para la habita para ir organizando las cosas. Al rato los toledanos se arrimaron a la habitación 305 y mientras preparamos nuestras maletas, para irnos todos a la de Rafa y Cristina. Decidimos pillar entre todos 3 horas más de habita para no tener que ducharnos en los vestuarios y así hacerlo todo mas tranquilamente y volver a España limpitos y aseaditos en condiciones. Cuando todo quedó listo y los checkout hechos, nos fuimos a disfrutar, snif...de nuestras ultimas horillas de playa... ¡Qué pronto se acaba lo bueno!

Sobre la 1 se fueron los toledanos a ducharse y arreglarse y media hora más tarde con lágrimas en los ojos y tristeza en nuestros corazones, dimos el último adiós a nuestra querida playa; adiós a nuestras amadas hamacas; adiós a ese barco oxidado que esta a 2 km y que lleva 30 años alli...Pero sobre todo adiós a esa BARRA LIBRE que tantos ratos de buena cerveza, ron, combinados y risas, sobre todo muchas risas, nos había dado.
Pillamos el trenecito por última vez, la playa se alejaba poco a poco (es que no son rápidos ni para conducir) y nos fuimos a duchar en esa habitación-comuna que teníamos montada. Y que a pesar de estar los seis allí, nos organizamos muy bien. Después del estrés: mira a ver si te olvidas algo, coje la maleta, mira esa toalla, cierra bien todo y un largo etc., nos fuimos a hacer el último check-out. Compras de última hora y la última cena (era comida pero cena queda mas literario) en el superbuffet la Bugambilla (que rico sabía todo el último día).

Tomamos nuestro ultimo cafetito, caras largas y tristeza (sobre todo por no haber recuperado las maletas, una estaba en Canadá y la otra, luego nos enteramos, llegaría a Punta Cana ese mismo dia!).



Pillamos las maletillas y mientras nos repartíamos en los autobuses, dos muchachuelas del hotel, vestidas para la ocasión, nos despedían bailando (descubrimos que la canción era del Puma...muy fuerte!). Deciros que también lo hacen a la llegada y con un cócktail de bienvenida....Entonces Loli dijo:

- ¿ A que no os atrevéis a bailar con las muchachas? - Convencida de que dos no bailan si uno no quiere....
Y...ni cortos ni perezosos hicimos este ridículo pero con estilo:



Con tanta tontería y bailoteo se nos fue el santo al cielo y llegó nuestro autocar. Había 2, uno normal, tipo Alsa y una furgonetilla o microbus.Todo el mundo sabía en que autobús le tocaba porque tenías que mirarlo previamente en unas listas pero...ya me conocéis... David (que estaba más pendiente de todo)nos dijo que a nosotros nos tocaba la furgoneta y corriendo, corriendo (porque el microbus ya se iba y Loli lo paró, le preguntó y le pidió que nos esperara un minuto...si no...allí que nos quedábamos) fuimos los últimos en subirnos. Cuando ya estábamos arriba Orlando (el guía que nos había traído desde el aeropuerto) nos informó que no podíamos parir todavía, porque había 3 personas que sobraban en nuestra furgonetilla y que deberían ir en el bus grande, y claro, como habíamos sido los últimos...y no sabíamos con certeza si éste era o no, nuestro autobús...empezamos a mirarnos y a dudar si eramos nosotros los que estabamos en el autocar equivocado. Además había extraviado o roto la hoja con la lista de las personas que deberían ir en cada autobús. Así no había manera de arrancar.
Al final vino el conductor del otro autocar y dijo los nombres, no eramos ninguno, y Loli dijo voz en grito:
-Seguro que todos pensábais que eramos nosotros, eh!
Y lo cierto era que todo el mundo nos "malmiraba", pensando que éramos nosotros los que estabamos equivocados (como llegamos los últimos, y un poco probando a ver si acertábamos y era nuestro bus...), pero al final mira tú que cosas, estábamos bien.
El viaje al aeropuerto una torturilla; el aire acondicionado funcionaba de aquella manera, (sólo funcionaba por los techos del vehículo) y si no es por el abanico de la Cristina, alli morimos todos.

Las carreteras daban miedo. Había zonas como de unos extraños 3 carriles (por supuesto ni una sola línea pintada en la vía) dónde primaba la ley del más fuerte; adelantaban como podían. El que venía de frente se medio apartaba y todos felices.
Por fin llegamos y pudimos respirar oxigeno, eso si, no nos dejaron bajar hasta que bajaron las maletas, asi los currantes del airport, podían "ayudarte" a llevar la maleta a las colas para facturar y se aseguraban una propinilla.
El aeropuerto es cuando menos peculiar. Como ya os dije son como cabañas con el techo hecho de hojas de palmeras pero a lo bestia, como bonito, es bonito y original.
Hicimos cola para pagar el impuesto revolucionario, 20 $ o 20 €, muy fuerte. Resulta que el aeropuerto es privado, osea, que todo hijo de vecino que entre al país se deja como mínimo 30$ que van para los dueños del aeropuerto; uno que no se quién es y el otro que es Julito Iglesias. Los 30$ van en su mayor parte para ellos y un poquito para el gobierno. UUUUUUUUeaaaaaaaa (un tio listo).

Pasamos los controles, nada de droga (o por lo menos no la detectaron, porque perros había un puñao (eso sí, parecían poco eficaces, porque se les veía bastante panchos y más de uno estaba tumbado durmiendo la siesta). Esperamos unas horitas en la terminal atestada. Nos compramos unas cervecillas (Presidente, la típica del país, y que no habíamos visto por ningún lado) y según la noche iba cayendo, nuestro avión de Air Europa hizo su aparación.

Entregamos los billetes y andando para el avión. Aquí ni finger ni nada, todo a pie de pista (como ya dije...porque me repito más que el chorizo ;))
La verdad es que la vuelta no se nos hizo nada pesada. Dormimos la mayoría como pumas; eso sí, nos tocó sentarnos al lado de la puerta de emergencia, y no sé si fue por eso o porque al piloto le gustaba tener la temperatura baja, pero no he pasado más frío en mi vida, en un avión. Lo que decía, se pasó "volao" el viaje, y ya en Madrid, comimos todos juntitos como hermanos. Muchos besos, muchos abrazos y el Rafa y la Cristina cogieron su vuelo a BCN, y nosotros (que ya habíamos ido a por el coche previamente antes de comer) acercamos a Ana y a David a Atocha.

1 comentario:

  1. ¡Uaaaajajajajajajajaaaaa, esos bailoteoooos! ¡Loli, cómo te atreviste a retarle, si al Truman le faltan dos de pipas para darlo todo en la pista!!!! (Ya veo que os aburrísteis, cabrones, qué envidiaaa).

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